El aspecto más importante a la hora de empezar a trabajar en este lugar es tener en cuenta la existencia de unos trazados muy claros, y unos límites claramente diferenciados en esta parte de la ciudad, fijando un frente bastante claro por su parte antigua y uno un poco más discontinuo por la zona de nueva edificación. Esta discontinuidad, sumada a gran variedad de recorridos, hacen de la zona un lugar muy interesante a la hora de trabajar.
El edificio surge de la relación de la ciudad con los recorridos más importantes y el afán por mantener las plazas y espacios públicos más relevantes que ya existían. Tras esto, y manteniendo cierta distancia de los edificios más representativos de la manzana, sin adosarse a ellos, se crean lineas de recorrido peatonal distintas a la anteriores, pero manteniendo las direcciones principales que ya existían.
A la hora de pensar el edificio en sí, también se hace desde lo urbano y la ciudad, teniendo en cuenta de nuevo las trayectorias existentes, llegando a un edificio que en planta funciona como una “esponja” y que pretende tambien serlo en alzado. Sin embargo tras esta permeabilidad interior y que permite atravesar el mismo espacio primitivo, se plantea un edificio tosco, si bien sólo en apariencia externa, pues su estructura de acero, cristal y prefabricados lo aligeran en gran medida.