El proyecto se plantea como una alternativa de espacio público en la orilla sur del río. Gracias a su carácter abierto se consigue atraer el flujo de público no sólo hacia las exposiciones llevadas a cabo en el centro, sino hasta el último rincón de la propuesta.
La nueva vía que se genera a través del edificio, permite el tránsito de cualquier viandante por ella, siendo una zona idónea en verano, alejada del sol, y que discurre entre los dos cuerpos que engloban la totalidad del programa.
Mediante este camino se pretende además llevar al ciudadano a las exposiciones que se desarrollan en él gracias a su disposición protegida, pero de cara en todo momento al peatón. Funciona por tanto como una avenida de “escaparates”, en la que se le permite entrar a ver la obra expuesta en cada uno de sus tramos, por medio de accesos protegidos en cada módulo de exposiciones.
